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9 junio, 2021

El mundo del vino se mueve

Una primavera floreciente de novedades. Despierta con fuerza tras un largo letargo las presentaciones y […]


Una primavera floreciente de novedades.


Despierta con fuerza tras un largo letargo las presentaciones y catas de vinos, con las que hemos disfrutado mucho, una primavera llena de interesantes iniciativas, con numerosas novedades que han visto la luz en estos meses.


Lo primero, no todo en España es Rioja y Ribera del Duero, hay muchos más vinos en nuestra geografía, de estilos muy seductores, blancos, tintos y rosados por descubrir, que deberíamos beber con más regularidad. La capital de España fue el lugar donde tuvieron la puesta de largo los vinos de Jumilla y de Navarra, ambas regiones vinícolas muy interesantes.


El presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Jumilla, Silvano García, fue el anfitrión de esta intensa jornada que comenzó con la cata de 13 vinos de Jumilla de la mano de Bartolomé Sánchez, organizada por la Unión Española de Catadores (UEC).



Con el título “Jumilla: origen, terruño y sus expresiones” pudimos disfrutar de vinos de la variedad autóctona Monastrell, de envolvente fruta golosa, pero con muy buena acidez, vinos cada vez más frescos y fluidos. Esta positiva evolución de los vinos, tan sorprendente, nos hace pensar en un excelente futuro de la región, por la buena adaptación de los viñedos de Monastrell al cambio climático.


Tras un almuerzo en la Terraza de Arzabal (Reina Sofía), donde pudimos degustar algunos blancos, rosados, tintos y vinos dulces de la región con unas selectas tapas, continuamos por la tarde con una segunda cata, esta vez un auténtico reto: “Jumilla, joyas de guarda”, donde valoramos la evolución de estos vinos de carácter mediterráneo, de viñedos en un clima semidesértico, que supone una viticultura heroica. Los resultados fueron asombrosos: vinos de compleja personalidad como Juan Gil Etiqueta Azul de 2013; o el vibrante Alceño 12 Meses de 2011; y el pletórico El Nido 2005, por el que parecía que el tiempo no había pasado; culminando con un monastrell dulce, Olivares 2011, de golosa plenitud.


El gran vino de Jumilla El Nido 2005


Vuelven los concursos de cata presenciales, como Garnachas del Mundo 2021, celebrada en Cebreros, pueblo abulense donde nació el presidente Adolfo Suarez. Esta fue la sede española, famosa por sus Garnachas de Gredos, y junto a otras tres sedes, dos en Francia (Perpiñán, capital del Rosellón y Châteauneuf-du-Pape) y una italiana (Ascoli Piceno), que completaban el circuito itinerante de la uva de moda del momento.


Tras el grato almuerzo al aire libre, disfrutamos de una master class de los vinos de la DO Cebreros, donde destacaron los deliciosos blancos de la blanca autóctona, Albillo Real, y las Garnachas, de viñas viejas y gran altitud, tanto de suelos de pizarra como de granitos, cada una con distintiva personalidad. Estamos a la espera de conocer los resultados globales de este atractivo concurso, y ver cómo quedan las Garnachas españolas, como las que tanto nos entusiasmaron en la cata ciega, de Calatayud.


Cata de Garnachas del Mundo, en Cebreros.


Los vinos de Navarra, con su entusiasta presidente David Palacios y su gerente, Javier Santafé, nos convocaron a un almuerzo en el restaurante Raimunda (Palacio de Linares), a una comida de maridajes con los 5 vinos premiados de esta región en 2021, seleccionados entre los más representativos de las principales categorías.


Navarra es un universo vinícola al completo: buenos rosados de garnacha (como el vibrante y divertido Pagos de Araiz, perfecto para acompañar con espárragos); voluptuosos y carnosos blancos de Chardonnay (Otazu 2020); muy afrutados tintos de tempranillo (Beramendi Crianza 2016, bodega con impronta femenina); sensacionales las garnachas tintas, aromáticas y elegantes por su influencia atlántica (Albret La Loma 2019 de Príncipe de Viana, que fue perfecto con la merluza).


En este universo al completo no podía faltar en los postres un Moscatel de Grano Menudo, goloso, sensual y muy fresco (Valdelares Moscatel 2000), sin duda uno de los mejores vinos dulces españoles, de embriagador perfume. La excelente comida de maridaje resultó muy emocionante por el reencuentro que supuso tras más de un año sin vernos con estos buenos amigos navarros.


Rosado de Navarra con espárragos.


El prestigioso Concurso Internacional de Vinos Bacchus, organizado por la UCE, con su presidente Fernando Gurucharri a la cabeza, organizó unas interesantes jornadas de cata de vinos de Rioja y Ribera del Duero, principalmente para los numerosos catadores extranjeros que acudieron a Madrid. La Master of Wine finlandesa Heidi Makinen realizó una interesante introducción a los vinos de la región y sus peculiaridades de suelo y clima.


“El Duero y sus viñedos singulares: esencia del lugar” fue el nombre de esta ponencia donde se cataron 12 vinos de alta gama de la región, en un recorrido de esta a oeste siguiendo el fluir del río Duero. Vinos de potente personalidad, de viñedos distintivos, aunque algunos muy marcados por la crianza en barrica, un tanto tánicos, por lo que tendremos que ver su futura evolución.


Pedro Ballesteros, el primer Master of Wine español


Pedro Ballesteros, el primer Master of Wine (MW) español, nos deleitó con una cata de vinos de Rioja, titulada “Diversidad y Excelencia”, contando con la presencia del presidente de la DOCa, Fernando Salamero. Nos sorprendió la buena selección de vinos de Viñedos Singulares (nueva categoría en la Rioja, que ya cuenta con 120 de ellos, y que menciona su etiqueta), tanto en blancos como en tintos.


Vinos de variedades blancas recuperadas como la Maturana; deliciosas garnachas juveniles de Rioja Oriental; tintos de placer como el Ysios Las Naves, por su gran equilibrio frutal; aunque la sorpresa de la tarde fueron los Grandes Reservas de 2011; uno, de estilo muy moderno, Remírez de Ganuza, pletórico de frutosidad; y otro de estilo más clásico, Gran Reserva 904 de La Rioja Alta; ambos muestran que los vinos de rioja están entre los que mejor maduran con el tiempo; en palabras de Ballesteros: “vinos con vocación de eternidad”.


El retorno a la normalidad en el mundo del vino, nos revela el dinamismo del vino español, que con sus seductoras propuestas, vuelve a coger impulso.



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