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5 mayo, 2013

II Feria de Cerveza Artesana de Noblejas

Un importante movimiento cervecero artesano sacude los cimientos del néctar ambarino.


El sábado 20 de abril de 2013 se celebró en Noblejas, provincia de Toledo, una de las más  interesantes ferias de la cerveza artesana de nuestro país, en su segunda edición. Una treintena de marcas artesanales, procedentes de Toledo, Soria, Asturias, Cantabria, Galicia, Valladolid, Madrid, Logroño, Gerona, Bilbao, Barcelona, Segovia, Badajoz, Córdoba y Elche daban a degustar un centenar de distintas cervezas, donde predominaban los estilos de cervezas de alta fermentación del tipo Ale, muy marcados por lúpulos americanos (cascade es el tipo de moda), y de las IPAs (Indian Pale Ale, estilo originario británico muy cargado de lúpulo para aguantar el viaje hasta la India y, por lo tanto, de marcado amargor).

 

         

 

Ernesto Huete es el impulsor de esta feria (de cervezas Yria, elaborada en Toledo), y socio de la tienda Cervezorama de Madrid (San Andrés, 29), donde distribuye muchas de las marcas aquí representadas. Nos comenta que esta feria, con carpas al aire libre, como en un mercadillo medieval, fomenta el consumo (precio medio de la caña 2 €) y el conocimiento de las cervezas artesanas, convocando a muchos buenos aficionados a este vanguardista mundo. Doce horas de ambiente festivo, con grupos de rock actuando en directo, y algo de picar para evitar que las doradas burbujas nos hagan ver triple. Una experiencia inolvidable donde testar el nivel de calidad y personalidad de este impetuoso movimiento cervecero.

 

Comenzamos por cervezas Yria, donde el primer barril que Ernesto eligió pinchar fue de Yria Quimera (una Imperial de trigo, turbia por la segunda fermentación en botella, de 9º y 85 ibus- unidades de amargor que aporta el lúpulo durante el proceso de elaboración-, término que ya manejan numerosos aficionados), elaborada en crowdfunding con la colaboración  de sus vecinos de “el Oso y el Cuervo”: muy refrescante, floral y cítrica. Por la tarde pudimos degustar, también de barril, dos cervezas de su original marca Guinea Pigs (cobayas, por lo experimental de la propuesta): 95, así llamada por los niveles de lúpulo, 95 ibus, muy sabrosa, seca y corpórea; y Flow, una Imperial IPA, negra, muy tostada, con notas de regaliz, gran cuerpo y un elegante amargor que alarga mucho su persistencia.

 

           

 

Con tan solo un año de vida, el Oso y el Cuervo, cervecera de Méntrida (Toledo) donde ofician Isi Hernandez y su socio Julian Lozano, ofrecen una original gama, de la que elaboran unos 1.200 litros al mes. Su Vendetta de Malta, es una Red Ale con mucho carácter de malta, y su nombre es una venganza ante la moda artesana de las IPAs. Pero esto no quita, que en colaboración con Yria, elaboren la Vendetta IPA (9,3º y 85 ibus, con cascade), muy floral, lupulada, densa, golosa y fresca a la vez, de excelente personalidad; aunque una de las más sorprendentes es su Oso Negro, una Imperial Stout, de 7º, con maltas muy tostadas del tipo choco y caramel, de envolventes notas de café, torrefactos y regaliz, con densidad de chocolate y un elegante amargor final que equilibra su imponente cuerpo.

 

Jesús Medina creó la marca que lleva su apellido en mayo de 2012, tras cuatro años de cervecero casero (home brewer), en Santa Cruz de la Zarza (Toledo), y elabora unos 1.000 litros al mes de cinco tipos distintos. Al preguntarle sobre el porqué de este movimiento artesano en esta provincia manchega, comenta:”En Toledo hay tanta cerveza artesana por que los trámites para su elaboración son fáciles de realizar, y por la cercanía a Madrid, nuestro principal mercado”.  La Blanca de Castilla es una refrescante cerveza de trigo; Gringaza, es una APA (American Pale Ale), cuyo nombre hace referencia al estilo americano; la Tropical IPA despliega aromas tropicales por el tipo de lúpulos utilizados; mientras que 9 Maltas Robust Porter, es una cerveza negra, de 6,2º, con notas de chocolate y café. Por último, mi favorita es la Hoppy Lager, una IPA de 60 ibus, rubia, fresca, sabrosa y muy aromática.

 

            

 

La decana de las cervezas artesanas de Toledo, y una de las pioneras de España es Domus (2007). Su propietario y entusiasta elaborador, Fernando Campoy, bioquímico de profesión comenzó hace una década a interesarse por este atractivo mundo, y como resultado elabora una amplia gama y realiza varias colaboraciones con otras compañías, lanzando ediciones muy limitadas. Son muy conocidas Regia, una English Pale Ale, cobriza y achocolatada; su célebre Aurea, de 6º, muy floral, exótica y  equilibrada; Summa es una cerveza de 7,2º,  densa, con cuerpo y notas de miel; Europea Pale Ale, con lúpulos de nuestro continente; y la peculiar Greco (8,2º), creada para el aniversario del célebre pintor, que lleva canela, azafrán, canela y limón, en una peculiar fusión de ingredientes de Oriente y Occidente.

 

Marcos Gómez presentaba su interesante gama de cervezas Milana, elaboradas en Montemayor  de Pililla, Valladolid; y aunque lleva tan solo un año a nivel comercial su gama es muy coherente e interesante, de marcado amargor y muy lupuladas, por ser su preferencia personal.  Elaboran una rubia, una de trigo y una tostada, a la que se suma ahora Black Feet, una IPA negra, muy tostada y torrefacta de equilibrado amargor; mientras Milana Tostada (nombre inspirado en la película “los Santos Inocentes”, donde un intenso Paco Rabal llamaba a su milana bonita), es una cerveza del tipo Red Ale, de color cobrizo, con notas especiadas y de cereal tostado, aromática, sabrosa y de un sensacional amargor final.

 

         

 

La cerveza cántabra más famosa es DouGall’s, del británico Andrew Dougall’s y su socio español Enrique Cacicedo, todos unos veteranos del sector (2006), que comenzaron a elaborar porque no les gustaban las cervezas que había en el mercado. Su producción mensual asciende a unos 5.000 litros y todas son 100% de malta. Cacicedo destaca que: “elaborar cerveza artesana no lo hacemos por dinero, sino por pasión; por dinero no utilizaríamos las mejores materias primas, sin importar el coste”; y señalando a sus vecinos, concluye: “aquí ninguno va a hacerse rico”. En todas sus cervezas destaca el equilibrio de sensaciones, como ocurre en Raquera (una refrescante lager que solo venden en Cantabria); Leyenda es una Bitter con notas de lichis y uvas, caramelo y un delicado amargor;  3 Mares Brow Ale es una negra golosa, fresca, fina y la más amarga de su gama; 942 Pale Ale, de 4º, es mi favorita, por sus seductores aromas de frutas tropicales y final cítrico; y culminamos con Don Diego, una IPA, de 7º y 60 ibus, muy sabrosa, floral y de persistente amargor.

 

En una feria tan atractiva como ésta no podía faltar La Virgen, cerveza madrileña elaborada en Las Rozas. Jaime Riesgo, el joven maestro cervecero nos comenta cómo deben consumirse: “la cerveza artesana, al no estar filtrada ni pasteurizada, solo está bien durante unos tres meses. La Lager y la Red Ale frescas están mejor, a diferencia de una Imperial Stout, que mejora en botella. Y si la botella se conserva a altas temperaturas envejecen rápidamente”. Ya conocíamos su sensacional Lager, y la Jamonera, una Red Ale, más sencilla; nos sorprendió con una novedad: XX Pale Ale, elaborada con tres maltas, levadura californiana y lúpulo cascade, que resultó deliciosa: muy floral, cítrica y balsámica. Y llegamos a una de mis favoritas: La Virgen Negra, elaborada solo los meses fríos del año, con un 10% de avena, muy oscura, de espuma cremosa, seca, con aromas de chocolate, regaliz y torrefactos, y de equilibrado amargor final.

 

           

 

Culminamos esta personal selección de las cervezas que más disfrute, con dos catalanas: la Zulogaarden y La Pirata, ambas de Barcelona. La primera se caracteriza por su amplia gama de irreverente estilos, pues les gusta experimentar con distintos lúpulos, y son grandes admiradores de los escoceses Brew Dog. Todas las cervezas de Zulogaarden son excelentes: la Torxa Riot IPA es ahumada, sabrosa y larga; Galax Sed1xia Caníbal es una Pilsen rubia, con el exótico lúpulo neozelandés galaxy, refrescante, cítrica y muy floral; y Brutal Horse IPA (6º y 70 ibus) de color rojiza e impresionante espuma marfil, es una Pale Ale tostada.

 

La Pirata, nombre que hace referencia a su origen ilegal en un garaje, propone cervezas muy lupuladas, como Viakrucis, que incorpora en el dry hopping final el lúpulo neozelandés Nelson Sauvin (por sus recuerdos con la uva blanca Sauvignon Blanc); Tremenda hace honor su nombre, una Imperial IPA con 120 ibus, que lleva 20 añadidos de lúpulo durante la cocción, y resulta muy malteada y de intenso amargor, pero con una elegante persistencia.

 

 

Tras catar cervezas de todas las marcas allí presentes, la conclusión es que un 40% de ellas todavía no han alcanzado la calidad deseable, y sus elaboradores mantienen todavía un perfil amateur, tal vez por llevar poco tiempo y faltarles enriquecer su experiencia; un 30% de las degustadas fueron buenas y muy placenteras; y el otro tercio las califiqué como excelentes, con personalidad distintiva, equilibrio de sensaciones y un grato recuerdo, llamadas a perdurar, y encontrar un hueco en el corazón de los buenos aficionados al néctar ambarino.

 

¡Larga vida  a las cervezas artesanas!



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