Reportajes

2 abril, 2013

Champagne Laurent Perrier

Bernard de Nonancourt fue el gran innovador de esta bicentenaria maison, de marcada personalidad.


 

El Champagne Laurent Perrier nace en 1812 fruto del matrimonio de Eugene Laurent (perteneciente a una estirpe de viticultores de esta región francesa), con Matilde-Emile Perrier. Pero fue Bernard de Nonancourt, descendiente da la familia champanera Lanson, el que impulsó esta casa hasta la cuarta posición en importancia de este prestigioso vino espumoso. Y no solo incrementó su volumen de venta hasta los 7 millones de botellas anuales, sino que fue un innovador que introdujo nuevos estilos de vinos en la región, como un Brut sin azúcar (Ultra Brut), o un Cuvée Rose elaborado por el método de sangrado, solo de uvas tintas; aunque tal vez su principal obra es el Grand Siècle, un champán de gama alta, fruto del ensamblaje de tres añadas de Millésimés de los mejores viñedos Grand Crú.

 

        

 

Bernard de Nonancourt tuvo una vida excepcional (falleció en 2010), que le llevó a participar en la Segunda Guerra Mundial, y como sargento del regimiento de la división blindada del general Leclerc, tomaron el Nido de Águila de Hitler en los Alpes bávaros, en cuya bodega descubrieron las numerosas cajas de champagne Salon que habían robado los nazis cinco años antes. Desgraciadamente su hermano mayor, Maurice, destinado a dirigir la bodega, fue apresado durante la guerra y murió en el campo de Oranienbourg. Al terminar la contienda Bernard se incorporó a la bodega familiar, que había adquirido su madre unos años antes, pero siguiendo el consejo materno: “nunca serás un buen director si antes no eres un buen obrero”, durante cinco años trabajó en todas la ramas del sector del Champagne, en las casas Lanson y Delamotte, antes de empezar a dirigir Laurent Perrier en 1949.

 

El champagne es vino espumoso, que realiza una segunda fermentación en la botella, donde adquiere sus festivas burbujas, y nace en un clima y suelo excepcional. La región de Champagne está ubicada al norte de Francia, a unos 150 kilómetros al este de París, y su clima es frío y muy lluvioso, pero los viñedos se encuentran en tierras de creta, muy porosa, que retiene el agua y aporta el calor diurno a las uvas para que maduren mejor. Las vides predominan en tres pequeñas regiones: el 70% de las variedades cultivadas son tintas, la Pinot Noir (en la montaña de Reims), y la Pinot Meunier (en el valle del Marne); la tercera variedad es la blanca Chardonnay que concentra su cultivo en la Côte de Blancs. El ensamblaje de las tres variedades da unos vinos singulares de fama mundial. La clasificación en la región es por la calidad de las uvas y suelos de los distintos pueblos: los Grand Crú son los mejores (15% del viñedo), seguidos por los Premier Crús y los Crús Periféricos.

 

       

 

Una de las primeras apuestas de Nonancourt fue que la variedad Chardonnay sería prioritaria en sus vinos, que llevan habitualmente un porcentaje muy alto de esta uva blanca, aportando finura, elegancia y afrutamiento a los vinos, así como una vida más larga. Por este último motivo en esta casa utilizan muy poco la variedad Pinot Meunier, muy afrutada y fresca, pero cuyos vinos evolucionan con mayor rapidez que los de las otras dos variedades. Tan solo en el Brut, un Champagne sin añada, que supone casi dos tercios de la producción anual, y donde intervienen vinos de reserva de anteriores añadas, forma parte del ensamblaje en un 15%. La Pinot Noir tiene una gran importancia en este vino, al aportar fuerza, cuerpo, carnosidad, y un volumen de sabores excepcional.  Laurent Perrier Brut es un champagne de gran complejidad, fruto del ensamblaje de 200 vinos distintos procedentes de 50 municipios diferentes y con un 20% de vinos de reserva de anteriores añadas, para mantener la regularidad. Al ser un Brut, lleva unos 11 gr./l. de azúcar para equilibrar su vibrante acidez, que le aporta una gran redondez de sensaciones.

 

Laurent Perrier es muy conocido por su Cuvée Rose, siendo pioneros en la región en elaborarlo solo de uvas tintas Pinot Noir, y no de mezcla de vinos tintos y blancos, como sigue siendo habitual, hoy en día, en la mayoría de las casas de Champagne. El mosto macera con sus pieles de 36 a 72 horas, y una vez obtenido su atractivo color rosa salmón, se elabora por el método de sangrado, utilizando solo la mejor porción que fluye sin presión y que es la más afrutada, delicada y aromática. Madura 4 años en la botella con las levaduras de su segunda fermentación, y es un vino de intensa expresión frutal.

 

        

 

En la década de 1970 recuperan en la bodega, ubicada en Tours sur Marne, un estilo poco habitual en la región: el Laurent Perrier Ultra Brut, que se elabora sin añadir azúcar en el licor de expedición final, antes del embotellado, por lo que es muy seco. En una foto antigua de principios de ese siglo, se puede observar una caja donde ya menciona el vino “sans-sucre”; y por supuesto tan solo elaboran el Ultra Brut en las añadas donde madura perfectamente la uva, tan solo con Chardonnay y Pinot Noir, con una crianza de cinco años en la botella. Posee una gran mineralidad, con aromas que recuerdan “a una piedra secándose al sol”, según nos comenta la entusiasta embajadora de la marca Nicole Snozzi.

 

El Laurent Perrier Millésimé solo se elabora en las añadas excepcionales, y como ocurre con sus hermanos, los vinos nunca maduran en barricas de roble, pues la madera los oxida y convierte en pesados. La filosofía de Bernard de Nonancourt en sus elaboraciones era: “elegancia, finura y equilibrio; vinos de placer”. En el Millésimé 2004 intervienen al 50% la Chardonnay y Pinot Noir, y madura 8 años en la botella, que le aporta notas de frutas maduras y especias dulces de gran persistencia. La casa también elabora otro Millésimé, solo en añadas excepcionales: Alexandra Grand Cuvée Rose, mayoritariamente de Pinot Noir por el método de sangrado, al que se le añade un 20% de Chardonnay, pensado para aportarle larga vida y madurar bien durante los 8 años en la botella.

 

 

 

 

 

Mi favorito de toda la gama de Laurent Perrier es el Grand Siècle y, sin duda, la gran creación de Bernard de Nonancourt; en la cava subterránea escavada en la roca, donde maduran 25 millones de botellas de champagne, se encuentra la futurista bodega de este vino: 11 cubas de acero inoxidable gris metalizado, una por cada pueblo, todos ellos Grand Crú de donde proceden las excepcionales uvas del Grand Siècle (Pinot Noir y Chardonnay). Cuando Bernard creó este vino lo habitual era que el mejor champagne de cada casa fuera el Millésimé, pero en su mente diseñó un ensamblaje de tres distintas añadas de gran calidad, de estos once pagos excepcionales, ganando de esta forma en frescura, cuerpo y complejidad. Podemos afirmar que en Grand Siècle están los mejores Millésimes de tres añadas de pagos Grand Crú, y, el resultado, es memorable por su intensa mineralidad, elegancia y larguísima persistencia.

 

Laurent Perrier es la singular obra de Bernard de Nonancourt, un apasionado elaborador de Champagne, cuyo carácter creativo e innovador es responsable de la seductora gama actual de vinos de esta bicentenaria maison, que se encuentra en el Olimpo mundial por su finura y elegancia.

 

Jesús Bernad



Anterior Siguiente


Archivo reportajes