Reportajes

20 mayo, 2012

Vinos de Rueda, el esplendor del Verdejo

El Rueda Verdejo es el vino blanco favorito de los españoles por su marcada personalidad.


El principal motivo del éxito de los Rueda Verdejo, que se han posicionado como líderes de venta entre los vinos blancos de España, según todos los entrevistados para este reportaje, es su excelente relación calidad-precio (tradicionalmente han costado la mitad que sus más directos competidores: los Albariños gallegos, elaborados con otra de las grandes variedades de uva blanca autóctona española), entre otras destacables cualidades.

 

 

Santiago de Iscar, director técnico de Javier Sanz Viticultor, una de las bodegas pioneras de esta Denominación de Origen, destaca sus virtudes: “El Rueda Verdejo es un vino muy completo y homogéneo, de nariz agradable, con boca potente y fresco, de  fácil beber, muy equilibrado y que acompaña muy bien con las comidas”. Luis Hurtado de Amezaga, actual creador de los vinos de Marqués de Riscal de Rueda, confirma estas percepciones sobre el vino blanco elaborado con la prestigiosa variedad blanca de la región: “es un vino de trago largo, fácil de beber, con buena acidez, mucho sabor, personalidad y carácter varietal distintivo; vinos con los que se puede comer sin problemas”. Resumiendo: “el éxito de Rueda es buenos vinos a precios razonables”, según la enóloga de Vinos Sanz, Sylvia Iglesias.

 

“La revolución vinícola llegó a esta región castellana en la década de los setenta (que en 1980 fue la primera Denominación de Origen de esta comunidad) de la mano de la bodega riojana Marqués de Riscal, que asesorada por el prestigioso profesor bordelés Emile Peynaud, apostó por elaborar vinos blancos jóvenes, frescos y afrutados con la Verdejo, en vez de los  tradicionales vinos ajerezados que predominaban en la región. Peynaud también fue el impulsor de la variedad Sauvignon Blanc en Rueda, por la similitud de suelos con la región de Graves de Burdeos, y como allí se elaboraban estos blancos en barricas de roble, fue el alentador de este estilo de vinos en Rueda, naciendo así la conocida marca Riscal Limousin.

 

 

Desde la perspectiva que aporta ser el actual director técnico de la bodega que transformó el estilo de los vinos de Rueda hace cuatro décadas, Luis Hurtado de Amezaga realiza un análisis del panorama actual de los vinos de la región: “Rueda ha sufrido una importante metamorfosis en tan solo cinco años, pasando de 6.000 hectáreas a 12.000 hectáreas de viñedo, se ha duplicado y, ahora, hay vinos de Rueda a dos velocidades. Los de gran calidad proceden de viñas más viejas plantadas en suelos cascajosos de las terrazas del río Duero, al mismo tiempo, hay mucho viñedo joven plantado en terrenos inadecuados que dan vinos que no llegan a la calidad habitual. Por ello, encontramos una gran diversidad de precios, una sobreoferta de vinos, a la vez que se paga la uva a precios bajos”.

 

Son momentos confusos que no favorecen la imagen de calidad tradicional de estos vinos blancos y que,  según Marcos Yllera, propietario de Bodegas Yllera (fundada en 1970), y director de marketing y comunicación del grupo, actualmente conviven los mejores vinos de la historia de la región, con los peores. Y, estos últimos, están aportando una mala imagen al sector debido a que “los consumidores en general todavía no saben diferenciar el nivel de calidad de un vino blanco”. Como solución concreta para mantener el nivel de calidad alto de los vinos, aboga por reducir los rendimientos de las viñas un 25%.

 

                       

 

A la sombra de la imponente personalidad de la uva autóctona castellana se encuentra la variedad afrancesada Sauvignon Blanc, cuyos primeros viñedos se plantaron ya hace cuatro décadas, y que no acaba de definir su personalidad ni seducir a la mayoría de los consumidores. Para Marcos Yllera: “la Sauvignon Blanc no tiene el carácter ni la fuerza de la Verdejo, sus vinos son mas ligeros, femeninos y perfumados, les falta la boca del Verdejo”. Mientras Teresa Rodríguez, directora técnica de Bodegas Aura, enamorada de la expresividad del Verdejo de Rueda, opina: “la Sauvignon Blanc no acaba de adaptarse del todo al terroir de Rueda” y, Pilar García del Pino (enóloga de Palacio de Bornos), considera que: “la Sauvignon Blanc ha servido de llave de venta fuera de España pero ahora prefieren el Verdejo, pues S.B. hay en todo el mundo, y de mejor calidad que en Rueda”.

 

No debemos olvidarnos de un importante papel que cumplió la Sauvignon Blanc durante un tiempo, como impulsora aromática de los vinos de Verdejo (a los que legalmente se les puede añadir un 15% de otras variedades), considerada un tanto neutra en nariz. Hace un lustro era habitual encontrar verdejos con explosivos aromas de mango y maracuyá, así como con notas muy herbáceas, en vez de sus característicos tonos cítricos y anisados de hinojo. Pero, ya no es necesaria esta mezcla, pues con una fermentación controlada en frío de la Verdejo, una maceración con sus hollejos, así como seleccionando la procedencia de viñas más viejas plantadas en suelos cascajosos, se incrementan sus aromas naturales; aunque Teresa Rodríguez puntualiza que también ha jugado un papel fundamental la cepa de levadura conocida como Wan, que extrae la mejor gama aromática de la austera variedad castellana.

 

                 

 

La Verdejo, al ser una variedad cuyos vinos poseen cuerpo y estructura de sabores, así como un elevado grado para un blanco, debido a un clima muy caluroso durante los meses de verano, y la madurez extra de los racimos por el calor nocturno que irradian los cantos rodados, es perfecta para realizar crianza en barrica de roble. Ese es el sentir general, aunque nos sorprende que haya tan pocos buenos ejemplos: Ossian, Belondrade y Lurton, Riscal Limousin y Emina Selección de Carlos Moro. Para que el Verdejo no pierda su frescura y aromas varietales, se impone una crianza corta, de unos 6 meses, que le aportan al vino complejidad, estructura y capacidad de evolucionar durante más años en la botella. Son vinos para disfrutar en una buena mesa, aunque la mayoría de los consumidores no entienden este estilo, que según Marcos Yllera es para un conocedor sofisticado.

 

Tal vez el estilo de vino mas prometedor en Rueda y al que dedicamos en exclusiva una Videocata, son los vinos de Finca, elaborados con uvas procedentes de fincas o pagos muy concretos, de viñas viejas de Verdejo, de gran concentración de
sabores. Un buen ejemplo de este tipo de vinos es el Finca La Colina de vinos Sanz, cuya enóloga Sylvia Iglesias considera que “los vinos de finca tienen personalidad del terroir y la Verdejo (de cepas de más de 30 años de edad) potencia mucho su carácter en suelos pobres cascajosos, ganando en aromas y notas frutales en la boca, con el amargor característico de la variedad, amable pero no punzante”. Y, algo habitual en este tipo de vinos, es que realizan una crianza, en tanques de acero inoxidable, con sus lías finas (las levaduras muertas de la fermentación), que al disolverse en el vino aportan volumen, complejidad y untuosidad. Luis Hurtado de Amezaga sobre su Finca Montico afirma: “este vino envejece muy bien en la botella tras pasar unos cinco meses sobre las lías finas. Es una técnica de elaboración que potencia el sabor y la calidad de la Verdejo”.

 

 

 

 

 

Los retos de futuro de los vinos de Rueda son numerosos: lo primero conseguir un equilibrio de calidad entre las marcas tradicionales y los nuevos recién llegados, a rebufo del éxito de los vinos de Rueda, respetando la distintiva personalidad del Verdejo, como estandarte; tiempos revueltos donde se impone seleccionar las marcas por parte del consumidor. Otro punto que destacan es el reto de la exportación, dar a conocer mejor estos vinos en el norte de Europa, Asia y Estados Unidos, pues la originalidad del Verdejo y la excelente relación calidad-precio de sus vinos poseen un enorme potencial.

 

Los Rueda Verdejo han sabido conquistar el corazón de muchos aficionados a los buenos vinos con su arrebatadora personalidad, y llegará el momento en que se posicionen entre los mejores blancos del mundo.

Así conquistarán la fama sin vender su alma en el intento.

 

Texto: Jesús Bernad



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